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Re aprendiendo a ser Mujer
miércoles, 8 de mayo de 2013
martes, 30 de abril de 2013
martes, 16 de abril de 2013
Gracias!!!!!!!
Después de varios encuentros, nos sentimos agradecidas de haber compartido estas charlas/taller dónde la participación activa, enriqueció los debates con aportes prácticos, en especial de aquellas que se desempeñan en el área social.
Este espacio de comunicación y debate pleno permitió que cada una de las participantes pusiera en juego su subjetividad al servicio de una puesta en común y de la conformación de un colectivo de crecimiento mutuo.
Las ilustraciones puntuales y específicas de los casos zonales colaboraron con el anclaje de gran parte de la propuesta teórica . Ninguna de las dos coordinadoras del taller consignamos al caso explícito de Almirante Brown por no ser inicialmente la propuesta con que fuimos convocadas.
El trabajo de investigación que estamos realizando, y la interactuación cambian su medio y continuarán a través de este blog: Reaprendiendo a Ser Mujer...
Este espacio de comunicación y debate pleno permitió que cada una de las participantes pusiera en juego su subjetividad al servicio de una puesta en común y de la conformación de un colectivo de crecimiento mutuo.
Las ilustraciones puntuales y específicas de los casos zonales colaboraron con el anclaje de gran parte de la propuesta teórica . Ninguna de las dos coordinadoras del taller consignamos al caso explícito de Almirante Brown por no ser inicialmente la propuesta con que fuimos convocadas.
El trabajo de investigación que estamos realizando, y la interactuación cambian su medio y continuarán a través de este blog: Reaprendiendo a Ser Mujer...
miércoles, 10 de abril de 2013
Módulo IV Ciclo de violencia - Fijando conceptos básicos
Ciclo de la violencia
En 1979 una antropóloga norteamericana estableció la teoría del “ciclo de la violencia”, (Leonor Walker en su libro The Battered Women - Las mujeres maltratadas-), útil para entender los comportamientos de algunas mujeres que sufren violencia por parte de sus parejas. Esta teoría ayuda a comprender, sobre todo, el regreso de la víctima con su agresor. Hecho casi inentendible si partimos de la premisa que regresa para ser maltratada.
El “ciclo de la violencia” comprende 3 fases:
Fase 1. Acumulación de tensión.
La tensión es el resultado del aumento de conflictos en la pareja. El maltratador es hostil, aunque aún no lo demuestra con violencia física, y la víctima trata de calmar la situación y evita hacer aquello que cree que disgusta a su pareja, pensando que puede evitar la futura agresión. Esta fase se puede dilatar durante varios años.
Fase 2. Explosión violenta.
Es el resultado de la tensión acumulada en la fase 1. En esta segunda etapa se pierde por completo toda forma de comunicación y entendimiento y el maltratador ejerce la violencia en su sentido amplio, a través de agresiones verbales, psicológicas, físicas y/o sexuales. Es en esta fase cuando se suelen denunciar las agresiones o se solicita ayuda, ya que se produce en la víctima lo que se conoce como “crisis emergente”.
Fase 3. Arrepentimiento.
Durante esta etapa la tensión y la violencia desaparecen y el hombre se muestra arrepentido por lo que ha hecho, colmando a la víctima de promesas de cambio. Esta fase se ha venido a llamar también de “luna de miel”, porque el hombre se muestra amable y cariñoso, emulando la idea de la vuelta al comienzo de la relación de afectividad. A menudo la víctima concede al agresor otra oportunidad, creyendo firmemente en sus promesas. Esta fase hace más difícil que la mujer trate de poner fin a su situación ya que, incluso sabiendo que las agresiones pueden repetirse, en este momento ve la mejor cara de su agresor, lo que alimenta su esperanza de que ella le puede cambiar.
Sin embargo, esta etapa de arrepentimiento dará paso a una nueva fase de tensión. El ciclo se repetirá varias veces y, poco a poco, la última fase se irá haciendo más corta y las agresiones cada vez más violentas. Tras varias repeticiones del ciclo, la fase 3 llegará a desaparecer, comenzando la fase de tensión inmediatamente después de la de explosión violenta.
Es en la primera fase el momento adecuado para solicitar apoyo, el maltrato no excede el discurso pero resulta complejo poder descubrirlo.
Del mismo modo la violencia simbólica se presenta de una manera desdibujada hasta hacerse notoria.
Fijando conceptos básicos
Concepto Violencia simbólica: es un concepto instituido por el sociólogo francés Pierre Bourdieu en la década de los '70, que en ciencias sociales se utiliza para describir una acción racional en donde el "dominador" ejerce un modo de violencia indirecta y no físicamente directa en contra de los "dominados", los cuales no la evidencian o son inconscientes de dichas prácticas en su contra, por lo cual son "cómplices de la dominación a la que están sometidos" (Bourdieu, 1994).
Concepto de violencia de género: es un tipo de violencia física o psicológica ejercida contra cualquier persona sobre la base de su sexo o género que impacta de manera negativa su identidad y bienestar social, físico y psicológico. De acuerdo a Naciones Unidas, el término es utilizado «para distinguir la violencia común de aquella que se dirige a individuos o grupos sobre la base de su género», enfoque compartido por Human Rights Watch en diversos estudios realizados durante los últimos años.
Módulo IV Violencia
Definir
palabras, recuperar conceptos, releer nuestra propia cotidianeidad nos permite
tener otra mirada sobre nosotras y nuestro entorno.
El
ser humano es por definición un ser lingüístico, es decir, se construye a sí
mismo y se relaciona con el otro y con su entorno mediante la palabra. Creamos
nuestra realidad nombrándola y construimos nuestra identidad desde la memoria,
los recuerdos, lo aprendido y aprehendido. Aprehendemos o capturamos la esencia
de las cosas después de haber aprendido o adquirido el conocimiento.
Anteriormente definimos como violencia al tipo de interacción humana que
se manifiesta en aquellas conductas o situaciones que, deliberadamente,
provocan, o amenazan con hacerlo, un daño o sometimiento grave
(físico, sexual o psicológico) a un individuo o una colectividad; o los afectan
de tal manera que limitan sus potencialidades presentes o futuras.
Hasta
aquí, el tratamiento de la violencia considerada de una forma general.
Sin
embargo, y de un modo más específico la ley Nº 26.485,
conocida como ‘ley de violencia de
género” denominada en realidad como “Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales “conceptualiza distintos tipos de violencia categorizándolas en:
Física:
La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o
riesgo de producirlo y cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte
su integridad física.
Psicológica:
La que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y
perturba el pleno desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus
acciones, comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso,
hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o
aislamiento.
Sexual:
Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o
sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca
de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la
fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras
relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como la
prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de
mujeres.
Económica y patrimonial:
La que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o
patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación de la posesión, tenencia
o propiedad de sus bienes, pérdida, sustracción, destrucción, retención o
distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos
personales, bienes, valores y derechos patrimoniales.
Simbólica:
La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o
signos transmita y reproduzca dominación,
desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.
desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.
Además la ley señala las Modalidades según las formas que se
manifieste en los distintos ámbitos:
Violencia doméstica:
Aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo
familiar, independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la
dignidad, el bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica o
patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho
al pleno desarrollo de las mujeres. Se entiende por grupo familiar el originado
en el parentesco sea por consanguinidad o por afinidad, el matrimonio, las
uniones de hecho y las parejas o noviazgos. Incluye las relaciones vigentes o
finalizadas, no siendo requisito la convivencia.
Violencia institucional:
Aquella realizada por las/los funcionarias/os, profesionales, personal y
agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que
tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a
las políticas públicas y ejerzan los derechos previstos en esta ley. Quedan
comprendidas, además, las que se ejercen en los partidos políticos, sindicatos,
organizaciones empresariales, deportivas y de la sociedad civil.
Violencia laboral:
Aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos
o privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso,
estabilidad o permanencia en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil,
maternidad, edad, apariencia física o la realización de test de embarazo.
Constituye violencia contra las mujeres en el ámbito laboral, quebrantar el derecho de igual remuneración
por igual tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento psicológico en
forma sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de lograr su
exclusión laboral.
Violencia contra la libertad reproductiva:
Aquella que vulnere el derecho de las mujeres a decidir libre y
responsablemente el número de embarazos o el intervalo entre los nacimientos,
de conformidad con la Ley 25.673 de Creación del Programa Nacional de Salud
Sexual y Procreación Responsable.
Violencia obstétrica:
Aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos
reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de
medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad con
la Ley 25.929.
Violencia mediática:
Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a
través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o
indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame,
discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como
así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e
imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya
patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de
violencia contra las mujeres.
lunes, 8 de abril de 2013
Módulo III Distintas miradas según pasan los años. Juventud/Madurez/Vejez. ¿Eso es todo?
·
Está
edad comienza a los 21 años y termina a los 65 años aproximadamente, en esta
edad las personas llegan a su mayor y último crecimiento o desarrollo corporal
humano, en esta etapa ya son lo suficientemente maduros para tomar decisiones
de mayor compromiso compartido en lo personal o profesional.
Durante
esta etapa, considerando el estilo de vida de cada persona, se presenta un
bienestar físico general. Las capacidades y las destrezas físicas alcanzan la
plenitud: hay gran agudeza visual, auditiva y se ha completado el desarrollo
cerebral.
El
bienestar corporal permite dedicarse a decisiones trascendentales durante este
período. El futuro laboral, la independencia económica y la vida en pareja son
algunos de los temas más recurrentes. Es un periodo en el que muchas parejas
optan por ser padres, mientras otras recurren a determinados métodos
anticonceptivos para prevenir embarazos.
A pesar
de que en los primeros años de este periodo no es evidente, poco a poco las
células de todo el organismo comienzan a envejecer, iniciándose un paulatino
proceso de degeneración celular.
En la
etapa adulta, todo ser humano puede optar por diferentes estilos de vida. Esto
influirá claramente en el desarrollo y bienestar del organismo, ya que mientras
más saludable y mayores cuidados se tengan, mejor calidad de vida se obtendrá,
así como también mejores condiciones para enfrentar el período de la vida que
le sigue, la vejez.
En esta
edad también hay algunos cambios psicológicos, que es la depresión o también
llamada crisis de los 50 con cambios hormonales que aportan cambios físicos y
emocionales con alteraciones en el ritmo social.
Adultos mayores o tercera edad:
Esta
etapa empieza a los 65 años aproximadamente.
El adulto mayor pasa por una etapa de la vida que
se considera como la última, en la que teóricamente los proyectos de vida ya se
han consumado o no, siendo posible poder disfrutar o padecer las carencias de
lo que queda de vida. Otro aspecto a
tener en cuanta es en muchas oportunidades la desaparición de su pareja y
paulatinamente de su grupo de referencia, amigos, familiares de su generación,
etc. Esta situación hace que las personas de la tercera edad muchas veces sean
consideradas como un estorbo para sus familias, por lo que un problema
creciente en la sociedad actual es el abandono, aislamiento y
la falta de consideración con su persona.
Muchas veces la alternativa tomada consiste en la
internación en los institutos geriátricos (de todas maneras hay considerar que
en la actualidad éstos lugares se han sofisticado crecientemente debido a la
demanda del mercado siendo los servicios en relación directa con su precio, que
puede llegar a ser considerable), la realidad es que la jubilación del mayor es
incompleta para cubrir sus gastos.
Como vemos, se trata de un grupo de personas que
son fuertemente discriminados, ya que se comete el error de considerarlos como
inoperantes o incapaces, enfermos o simplemente viejos que no pueden cumplir
con las tareas más básicas. Debido a éste motivo, los gobiernos y los
municipios se han ocupado de crear políticas y centros especializados que se
preocupan en forma especial de los adultos mayores, otorgándoles beneficios
especiales en relación a los servicios sociales y de salud, contando además con
actividades especiales creadas para mantener a esta población activa y
partícipe de la sociedad.
La anterior concepción de la tercera edad en la
mayoría de los casos se encuentra bastante alejada de la realidad que estas
personas viven. Muchas veces siguen siendo personas perfectamente sanas y
activas, llenas de vitalidad integrada a su familia y amigos.
El tema que se plantea es como se acepta e integra
al adulto mayor a la familia, compartiendo o no la vivienda y espacios comunes
con sus hijos y/o nietos.
Muchas son las preguntas que podemos plantearnos a
partir de estos postulados:
Desde
la familia:
·
¿Eso es todo?
· ¿Hasta qué punto debemos hacernos cargo de nuestros
adultos mayores?
·
¿Es conveniente la convivencia con ellos?
·
¿Cuándo la decisión de institucionalizarlos?
·
¿Cómo buscar y elegir un geriátrico?
·
En caso de convivencia ¿Cómo explicamos a nuestros hijos la necesidad de internación del familiar?
·
¿Cómo se sigue la relación familiar con el mayor internado?
Desde la misma persona:
·
Es el fin de todo lo vivido?
·
Hay otras posibilidades y tiempo de seguir eligiendo mi vida?
·
Puedo seguir haciéndome cargo de mi persona?
·
Qué pasa con mi vida diaria?
Módulo III Preguntas con o sin respuesta....
Decido o me dejo llevar? Responsabilidad. Hacerse cargo pero…
· La importancia de lo cotidiano
· Esposa, madre, empleada… y mujer cuando?
Quise ser… pero no pude. La frustración latente
· ¿Porque a mí? Pero… ¿a vos también?
Muchos de los puntos a tratar en éste módulo están incluidos en una entrevista a la Lic. Patricia Faur, psicóloga especializada en relaciones afectivas que dirige grupos de mujeres con dependencia emocional y que inician la contribución de opiniones y el debate entre todas.
Se puede plantear también que el deseo es la pluralidad de deseos ya que hay muchos de ellos que se van conjugando de acuerdo a las distintas etapas de la vida. Así como en la adolescencia es el deseo de la independencia, después la realización personal, profesional o académica, la postergación de la maternidad en función de la profesión, el deseo de armar una pareja y dejar un espacio para ella antes de la maternidad, después de los 50 el deseo de servicio y también de una búsqueda espiritual. La mujer quiere tener una familia, realizarse profesional o laboralmente, viajar, desarrollarse en diferentes aspectos, pero se encuentra con la imposibilidad de renunciar a algo lo que conlleva a una sobrecarga y a un estrés crónico.
Actualmente aparecen deseos que entran en pugna en la vida cotidiana como el de ser madre y al mismo tiempo avanzar fuerte en la profesión o trabajo y que cada día proponen una exigencia mayor al enfrentarlos.
Lo que se ve en la consulta terapéutica, menciona la Lic. Patricia Faur, es el deseo de ser amada y reconocida, incluso se ve que las mujeres más dependientes afectivamente son las más talentosas, siendo tal la necesidad que las reconozcan y valoren que se destacan muchísimo en distintas áreas. Lo que subyace a ese éxito es una niña que desea desesperadamente que la quieran. A veces hay mucho miedo en las empresarias o en las políticas de llegar a determinado lugar de poder y quedarse solas. En el pasado la familia desempeñaba un rol de contención muy importante, en cambio en la mujer contemporánea ya no tanto y así como la familia y la religión daban estabilidad la mujer posiblemente se encontraba menos exigida. Ahora en cambio sienten siempre que le falta algo.
También el terreno emocional el crecimiento profesional se encuentra en pugna con el erotismo ya que cuando una mujer va accediendo a determinados lugares de poder le cuesta mucho encontrar un par, entonces muchas veces las mujeres poderosas están acompañadas por hombres que no están a su mismo nivel económico, intelectual o social. Y estas relaciones asimétricas pueden terminar completamente “deserotizadas”. Todavía en el imaginario, las mujeres necesitan estar junto a hombres con más poder que ellas.
En un momento la mujer dejó de aparecer como un “objeto sexual” para convertirse en “sujeto sexual”, en “mujer deseante”, sigue manifestando la Lic Patricia Faur.
También están los “no deseos”. La mujer actual se permite decir “no deseo casarme” o “no deseo ser madre” por ejemplo, son permisos que hoy se da, dando lugar a nuevos modelos de maternidad y de no maternidad. Se puede ser madre a través del servicio y la atención hacia los otros, por ejemplo. También está planteado el tema del vacío. La depresión que es la enfermedad del siglo XXI está muy ligada a la sensación del vacío y esa sensación actualmente está o pretende estar satisfecha con ideales de perfección y con exigencias. En realidad es la desesperación por llenar un vacío que nunca se va a llenar. Y por lo tanto el aceptar que esos modelos aspiracionales nos hacen mucho daño.
Es un avance que hoy la mujer tenga habilitados todos los deseos. Pero el mensaje “podés lograrlos” genera frustración si no existe el planteo que indica que no es posible concretarlos todos al mismo tiempo. Por lo tanto se elige tanto lo que se gana como lo que se deja. La renuncia es poder elegir, el mandato es “tengo que poder con todo” y no es viable, por eso la priorización y la inteligente posibilidad de delegar en otros.
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